domingo, 6 de noviembre de 2011

EL CAMINO



Pocas cosas mejores puede deparar un fin de semana pasado por agua, que aprovechar la calidez del hogar para tirar de filmoteca, “sillón ball” y estar más agustico que Pepiño Blanco en una gasolinera.

Así es que aprovechado la acertada petición de Don Vito y recién sacada del horno me trajiné esta gran película Hispano-Americana.



Nos cuenta la historia de un padre que se lanza a patearse el camino de Santiago, tras la trágica muerte de su hijo mientras realizaba el mismo viaje.

Qué duda cabe que una poderosa razón para decidirse a visionar esta cinta es que la protagoniza el mítico Martin Sheen (su nombre real no os lo perdáis: Ramón Antonio Gerardo Estévez) y que supongo que habrá trabajado en ella con mayor entusiasmo de lo normal ya que su padre y su abuelo eran españoles, y que ha sido dirigida acertadamente por su hijo Emilio Estévez (que dedica la película a su abuelo gallego).



Me figuro que las personas que hayan andado el camino de Santiago la disfrutarán más que los que no lo hayamos hecho, ya que tanto por lo que me habéis contado muchos de vosotros, como por las anécdotas que nos contaba mi padre a mi hermano y a mi de su positiva vivencia por aquellas tierras, es una experiencia inolvidable.

Pero vamos, yo creo que la película es perfectamente disfrutable por cualquiera (haya hecho o no el camino), ya que, aunque se centre lógicamente en el sentido espiritual que ofrece el viaje, es capaz también de ofrecer una grata experiencia a aquellos que quieran disfrutar de una más que correcta fotografía y de un recorrido por los majestuosos parajes del norte de España.



De todas maneras viendo esta película me ha vuelto a llamar la atención esa especie de fascinación con la que a los españoles nos gusta vernos retratados por el artista extranjero. Resulta cuando menos curioso que un americano sea el encargado de retratar algo tan arraigado de nuestra cultura popular como el camino de Santiago, esto me recuerda a lo de Hemingway con la tauromaquia y su retrato de la farándula de la época.



En ese punto no salimos ciertamente bien parados, pues también en este filme queda retratado (fielmente en unas ocasiones, en otras no tanto) la España de la pandereta. La escena de un vasco toreando con un tapete y la de los gitanos no tienen desperdicio y me han hecho soltar mi buena carcajada. Tampoco tienen desperdicio las escenas en que interviene la veterana Ángela Molina, cada cual que saque sus conclusiones cuando la vea.



En fin, dejando a un lado su escaso valor cinematográfico, y su tono a veces excesivamente documental, he visto lo que me esperaba. Una muy entretenida tragicomedia a través de un viaje mágico y espiritual y que por qué no decirlo, me ha emocionado en un montón de ocasiones. Creo que tanto Mr. Sheen, como el Sr. Estévez han abordado el proyecto con total sinceridad y poniéndole todo el alma a un proyecto del que en mi opinión, han salido notablemente airosos, lo que ya es muy de agradecer con el panorama cinematográfico en horas tan bajas.



Lo de si retrata fidedignamente las vivencias y situaciones que acontecen durante la larga travesía no me corresponde a mí evaluarlas, sino a los que sí habéis tenido la oportunidad de vivirlo en vuestra propia piel.

Tan solo me resta decir que como canto a la amistad, a la redención, a la desmitificación de la muerte y la religión, es más que digna de ser visionada y disfrutada.




He sentido una buena ración de envidia de los caminantes, y la verdad que dan ganas de enganchar el petate, echarse al monte y cerciorarse uno mismo de cuantas maravillas se cuentan. Todo se andará, nunca mejor dicho.


El caminante obtendrá al final del trayecto la ansiada "Compostelana".

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¡BUEN CAMINO A TODOS!



EL "MIGUELETE'S GAME"

Como no podía ser menos, continuamos con otra rondita del Miguelete’s Game.


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Mi titulo para el afoto:

- El J.R del Santo Cristo dando instrucciones a sus esbirros desde el púlpito.


¡Que no pare copónnnnn!